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No se puede establecer un límite superior de edad teniendo en cuenta la estructura de edad de la población con una esperanza de vida cada vez mayor, aunque se sabe que la mortalidad y los riesgos de complicaciones aumentan con la edad (14). Por lo tanto, la edad biológica de los pacientes afectados debería desempeñar un papel decisivo.

Las operaciones en niños y adolescentes menores de 18 años solo están indicadas en casos excepcionales (responsabilidad propia, pubertad completada, recomendación de expertos). Una colaboración intensiva entre un cirujano de obesidad y un pediatra especializado en el tratamiento de la obesidad, así como psicoterapeutas o psiquiatras infantiles y juveniles, es extremadamente importante en estos casos (Leitlinie Adipositas in der Pädiatrie 2004; 22).

  1. Antecólico-antegástrico: técnicamente el más sencillo, se favorece la distancia más larga
  2. Retrocólico-retrogástrico: técnicamente complicado, distancia más corta
  3. Retrocólico-antegástrico: técnicamente más difícil que el 1. sin ganancia significativa en „tramo“

Autor:

Prof. Dr. med. Rudolf Weiner

SANA Klinikum Offenbach

Clínica de Cirugía de la Obesidad y Cirugía Metabólica

La posición del trócar de la cámara está en todos los procedimientos gástricos en el abdomen superior izquierdo. La distancia al xifoides es de al menos 15 cm, pero no más de 20 cm.

El ombligo no ofrece una orientación segura en la obesidad, ya que especialmente en hombres puede estar muy desplazado hacia caudal. Mediante la creación del capnoperitoneo se alarga aún más la distancia entre el xifoides y el ombligo. En la misma localización en el abdomen superior izquierdo se realiza predominantemente la creación del capnoperitoneo.

Consejo: Debido a la falta de orientación en el ombligo en pacientes masculinos, a menudo se colocan los trocares demasiado lejos de la región hiatal. Para resolver este problema, se ofrecen trocares adicionales en el epigastrio.

En casos de paredes abdominales extremadamente gruesas (tipo ginoide de distribución de grasa) están disponibles las siguientes técnicas:

  • Punción de doble clic con la aguja de Veress (extralarga)
  • Uso de trocares de rosca bajo visión de cámara
  • Uso de trocares de visión bajo visión de cámara

Preferimos el método de doble clic en procedimientos primarios y no hemos visto complicaciones en más de 4000 procedimientos primarios que hayan llevado a una conversión o interrupción de la operación. En procedimientos secundarios (después de operaciones previas en el abdomen superior, peritonitis ocurrida o hepatomegalia extrema diagnosticada preoperatoriamente) se realiza la laparoscopia abierta (técnica de Hasson) infraumbilical.

La inspección de la cavidad abdominal debe estar siempre al inicio de cada operación laparoscópica.

Un error en esto es, por ejemplo, un tumor ovárico pasado por alto.

Consejo: Mediante una inspección de 360 grados de la cavidad abdominal se pueden excluir adherencias graves en el abdomen y reducir el riesgo de un tumor ovárico pasado por alto.

Mediante la inspección y la comprobación de la accesibilidad del asa oral (más tarde alimentaria) se puede prevenir el error de realizar una resección gástrica con un intestino delgado completamente adherido y elegir alternativamente una formación de manga gástrica en cavidad abdominal «congelada».

La colocación de los trocares adicionales se realiza paso a paso. Después del trócar óptico sigue un trócar de 10 mm para el retractor hepático debajo del arco costal derecho. Este se fija entonces con un brazo de sujeción. El retractor también se utiliza para elevar el omento mayor. A continuación sigue un trócar de 13 mm debajo del arco costal izquierdo en la pared abdominal lateral. Los dos trocares de trabajo epigástricos (13 mm) se introducen de manera que resulten en un ángulo de trabajo óptimo para una manipulación en la región hiatal.

Consejo: La distancia entre los trocares de trabajo debe ser lo más amplia posible para evitar interferencias

  • Omento mayor

La sección de la Pars libera del omento mayor se recomienda en la conducción antecólica de la asa y en un omento muy rico en grasa, para aliviar la tensión de la anastomosis.

Error: Trastornos de la irrigación sanguínea con necrosis del omento

Prevención: sección sagital del omento considerando el suministro de sangre

Solución: Resección posterior del omento en trastornos de la irrigación sanguínea (raro: 1 de >1000).

  • Billroth-II

La realización de un bypass gástrico de una anastomosis en forma de Billroth-II es una indicación excepcional debido al potencial reflujo biliar.

  • Refuerzo con anillo

El refuerzo con anillo del pouch gástrico para evitar una dilatación de la asa alimentaria es una opción que se impone más como opción para intervenciones de revisión.

Error: Estenosis por anillo

Prevención: calibración mediante sonda, circunferencia 6,5 cm

Solución: Resección posterior en pouch demasiado grande y en presencia de un apéndice de intestino delgado de la asa alimentaria.

Autor:

Prof. Dr. med. Rudolf Weiner

SANA Klinikum Offenbach

Clínica de Cirugía de la Adiposidad y Cirugía Metabólica

En primer lugar, se debe realizar la exposición del ángulo de His. Las herniaciones del fundus gástrico en una hernia de hiato se reposicionan siempre, para no dejar un pouch gástrico demasiado grande. El pilar izquierdo del diafragma se expone en principio y se incide.

Consejo: Mediante la exposición consecuente de la unión gastroesofágica izquierda (lado esplénico) se puede contrarrestar el riesgo de dejar una hernia de hiato grande con porciones de estómago en el mediastino con un pouch grande.

Autor:

Prof. Dr. med. Rudolf Weiner

SANA Klinikum Offenbach

Clínica de Cirugía de la Obesidad y Cirugía Metabólica

El tórax (Thorax) se compone de los elementos óseos esternón (Sternum), costillas (Costae) y la columna vertebral torácica. El esternón se puede dividir en sus tres componentes manubrio, cuerpo y proceso xifoideo. Típicamente, el ser humano posee 12 pares de costillas, que a su vez se distinguen en Costae verae (costillas 1 – 7 con fijación respectiva al esternón), así como Costae spuriae (costillas 8 -12 sin conexión directa al esternón. Estas últimas costillas tienen conexión al arco costal cartilaginoso (Arcus costalis, costillas 8 – 10) o están ancladas libremente en la pared abdominal (Costae fluctuantes, costillas 11 y 12).

La costilla individual posee una parte ósea y una cartilaginosa. Dorsalmente está conectada articularmente con la columna vertebral mediante su Caput costae (cabeza costal) así como un Tuberculum costae (tubérculo costal) que protruye del Corpus costae (cuerpo costal) (Articulatio costovertebralis). Entre Caput y Corpus se encuentra adicionalmente el Collum costae (cuello costal). La Articulatio sternocostalis respectiva forma la conexión articular ventral con el esternón.

El tórax como un todo posee una abertura superior y una inferior:

La Apertura thoracis superior se forma por el 1.º cuerpo vertebral torácico, la costilla 1 derecha e izquierda así como el manubrio del esternón. Contiene, además de la tráquea y el esófago que la atraviesan, la punta de los pulmones así como ocasionalmente secciones caudales de la glándula tiroides. En cuanto a vasos, está atravesada por grandes vasos sanguíneos (A. carotis communis, Truncus brachiocephalicus, Aa. und Vv. thoracicae internae, A. subclavia, Vv. brachiocephalicae), el Ductus thoracicus así como vasos linfáticos broncomediastinales, y finalmente el N. vagus, los Nn. phrenici y porciones de la cadena simpática marginal.

La Apertura thoracis inferior se forma por el 12.º CVT, las costillas 10 – 12, el arco costal y el proceso xifoideo. El diafragma forma un cierre plano, abovedado de la abertura con lugares de paso para los grandes vasos y nervios que la atraviesan así como el esófago.

Autor:

Prof. Dr. med. Gebhard Reis

Facultad de Salud (Departamento de Medicina Humana)

Instituto de Anatomía y Morfología Clínica / Director del Instituto

Universidad Witten/Herdecke

El recto presenta en sus porciones superiores una estructura de pared típica compuesta por mucosa (epitelio prismático alto monocapa con lámina propia y muscularis mucosae delgada, así como exclusivamente criptas, folículos linfáticos), submucosa, muscularis y serosa/adventicia. El peritoneo cubre como serosa aproximadamente la mitad de la cara ventral del recto superior, lateralmente en el recto solo ¼ y la cara dorsal está libre de peritoneo. Delante del recto se forma así una bolsa profunda (excavatio rectouterina o rectovesicalis = espacio de Douglas) como el punto más profundo de la cavidad abdominal.

Sus secciones distales muestran una transición característica de la mucosa a la piel de la superficie corporal externa: En el pecten analis lineal cambia el epitelio interno de la mucosa a un epitelio escamoso estratificado, la mucosa presenta las columnas anales mencionadas y el cuerpo cavernoso y se observan glándulas (glandulae anales) en las protuberancias entre las columnas. Más distal a la altura del M. sphincter ani internus se encuentra la zona de transición de apariencia clara (zona transitionalis ani), que más distal aún pasa a la zona cutánea fuertemente pigmentada con epitelio escamoso estratificado queratinizado. Aquí se encuentran además de pelos también glándulas sebáceas y sudoríparas.

Autor:

Prof. Dr. med. Gebhard Reis

Facultad de Salud (Departamento de Medicina Humana)

Instituto de Anatomía y Morfología Clínica/Director del Instituto

Universidad Witten/Herdecke

Las comorbilidades son decisivas en la selección de pacientes con un IMC entre 35 y 40 kg/m² para la indicación. En la siguiente lista solo se incluyeron estudios basados en evidencia. Las enfermedades concomitantes según los criterios del NIH son apnea del sueño y otros trastornos de ventilación (10,18), diabetes mellitus tipo II (26, 30, 31, 34, 36,44), cardiomiopatía inducida por obesidad e hipertensión (4, 9, 15, 35, 40, 44), hiperlipidemia (29), pseudotumor cerebri (28,43), daños ortopédicos de las rodillas (18), problemas de columna vertebral (33), incontinencia de esfuerzo (7, 18), síndrome de ovario poliquístico (45), infertilidad (17, 27, 50) y otros efectos menos conocidos en otras enfermedades como asma, fibromialgia hasta el síndrome del túnel carpiano, cuyos efectos están documentados por la cirugía de obesidad. Está científicamente probado que la reducción masiva de peso conduce a la prevención, mejora relativa o incluso remisión de las enfermedades somáticas asociadas a la obesidad (13, 25, 38).

El efecto metabólico del procedimiento de bypass sobre la enfermedad diabetes mellitus va mucho más allá de la mera pérdida de peso y no se logra con ninguna otra medida terapéutica (24, 36). Una posible enfermedad por reflujo presente en la obesidad se trata de manera altamente efectiva mediante el procedimiento de bypass gástrico (18, 39). Estudios sobre la comorbilidad psíquica de personas con obesidad grado III (21,46) indican una prevalencia considerablemente mayor de trastornos psíquicos en comparación con personas de peso normal, especialmente en mujeres, donde destacan los trastornos afectivos, trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios y trastornos de personalidad (21, 38).

La gran mayoría de los estudios muestra una mejora clara especialmente de los trastornos de ansiedad y de los trastornos depresivos. Postoperatoriamente se produce en general una disminución de los trastornos alimentarios (conductuales) (Binge Eating) así como de actitudes problemáticas hacia la comida, el peso y la figura (44). También parámetros psíquicos o psicosociales como el autoestima, las relaciones interpersonales, la pareja, la sexualidad, las bajas por enfermedad y la capacidad laboral experimentan en general una mejora clara postoperatoria (44).

La longitud del asa alimentaria debería ser de 120 a 150 cm en un IMC de 40-50 kg/m2.

En un IMC > 50 se puede considerar un bypass de extremidad larga con una longitud de asa de 200 cm.

Autor:

Prof. Dr. med. Rudolf Weiner

SANA Klinikum Offenbach

Clínica de Cirugía de la Obesidad y Cirugía Metabólica

Estimada paciente, estimado paciente,

Su índice de masa corporal, según el método de cálculo que usted conoce, está por encima de 35 kg/m2. El sobrepeso patológicamente elevado acorta considerablemente la esperanza de vida media y puede llevar a enfermedades secundarias como diabetes, hipertensión arterial, apnea del sueño, cálculos biliares, enfermedades cardíacas, daños musculares y articulares, así como problemas psicosociales.

El tratamiento básico, que consiste en una dieta determinada y, en su caso, en medidas psicológicas de apoyo, no ha tenido éxito en su caso. Se cumplen los criterios médicos para un tratamiento quirúrgico.

En la conversación de información médica, se me informó personalmente de manera detallada sobre la operación de bypass gástrico y su realización quirúrgica.

La operación se realiza bajo anestesia. La información al respecto la proporciona el anestesista.

La operación implica la sección de partes del estómago y la exclusión de partes del intestino delgado (véase la ilustración).

En general, se trata de una intervención importante con muchas posibilidades de complicaciones, incluso si el acceso es solo mínimamente invasivo (laparoscopia).

El riesgo de mortalidad, según el metaanálisis internacional de Buchwald (2004), es del 0,5 %. Por lo tanto, es más alto que con la banda gástrica, que es del 0,1 %.

Específicamente para la operación de bypass gástrico, debe señalarse que durante la operación pueden producirse lesiones en el estómago, el esófago y otros órganos (bazo, …). En caso de lesión del bazo, es posible que sea necesario extirpar el órgano, lo que puede resultar en una mayor susceptibilidad a infecciones posteriormente. Es posible un cambio de procedimiento (de operación laparoscópica a operación abierta) si se producen complicaciones o si la continuación de la operación videoendoscópica conlleva un riesgo demasiado alto. Corresponde al cirujano decidir si se debe realizar una incisión abdominal.

Las operaciones previas en la cavidad abdominal aumentan el riesgo quirúrgico y el grado de dificultad. En particular, las operaciones previas en el cuadrante superior izquierdo (estómago, hernia de hiato, ...) complican la intervención.

Existen diferentes formas de bypass gástrico para la reducción de peso. A menudo, solo durante la operación se puede decidir qué forma se elige finalmente. La conducción del asa al estómago puede realizarse por encima o por debajo del colon. Esto depende de la longitud y la movilidad del intestino delgado. Esto no se puede determinar antes de la operación, por lo que el cirujano debe decidir la elección según su mejor conocimiento y conciencia. En pacientes de alto riesgo, con acumulación extrema de grasa y operaciones previas, se puede elegir el mini-bypass con solo una anastomosis, donde solo se forma una nueva conexión entre el estómago y el intestino. Se prescinde de la segunda anastomosis entre intestino e intestino. En consecuencia, el asa digestiva es más larga. Estos jugos digestivos fluyen entonces a través de la conexión estómago-intestino.

Se me informó sobre la necesidad de la intervención, sus riesgos, posibles complicaciones tempranas y tardías. En particular, se me señaló los siguientes riesgos y posibilidades de complicaciones:

Complicaciones generales: Infección (incluida hepatitis), trombosis y embolias, necesidad de transfusiones de sangre, trastornos de la cicatrización de heridas. Las transfusiones de sangre y de componentes sanguíneos tienen su propio riesgo de infección.

Complicaciones durante la intervención, como lesiones de órganos, hemorragias, lesiones nerviosas.

Las operaciones en el intestino conllevan en principio el riesgo de insuficiencia de sutura. Al introducir la sonda gástrica, también pueden producirse lesiones en la faringe y el esófago.

Si se coloca un catéter vesical, también son posibles lesiones en la uretra y la vejiga. Debido a la posición operatoria, pueden producirse daños por presión en nervios o tejidos blandos con trastornos de sensibilidad y, muy raramente, parálisis de brazos y piernas. Sin embargo, el riesgo es considerablemente mayor en casos de sobrepeso extremo que en personas de peso normal. Los daños en la piel y los tejidos por corriente eléctrica, calor y/o desinfectantes también son raros. Estos daños suelen resolverse por sí solos.

En la operación laparoscópica, la insuflación de gas puede causar una sensación de presión y dolor en los hombros. Estos desaparecen rápidamente, al igual que un crepitar de la piel. Si el gas penetra en el espacio pleural (neumotórax), puede ser necesario colocar un drenaje en la cavidad torácica.

Después de la operación, tanto en la fase postoperatoria inmediata como meses y años después, pueden producirse incarceraciones de hernias internas, adherencias, obstrucciones intestinales, abscesos (acumulaciones de pus), estenosis de la conexión estómago-intestino y úlceras.

A veces, después de una operación con incisión abdominal, se produce una hernia incisional (hernia), que generalmente debe cerrarse quirúrgicamente. Esto también puede ocurrir en el área de un trócar en operaciones laparoscópicas. Si la sutura abdominal se abre en toda su longitud después de una operación abierta (eventración), es inevitable una nueva operación. Puede persistir una sensación de adormecimiento de la piel en el área de las cicatrices operatorias. En algunos pacientes, la piel reacciona debido a trastornos de la cicatrización de heridas o a una predisposición correspondiente con formación excesiva de cicatrices (queloides), tales cicatrices pueden ser dolorosas y estéticamente molestas.

Como después de cualquier intervención quirúrgica, pueden formarse coágulos de sangre en las venas grandes (trombosis), que pueden desprenderse y obstruir un vaso sanguíneo (embolia). Como medida preventiva, se considera la administración de anticoagulantes (p. ej., la inyección de heparina), que sin embargo pueden llevar a una tendencia a hemorragias y, muy raramente, a un trastorno grave de la coagulación sanguínea.

En caso de alergias e hipersensibilidades (p. ej., a medicamentos, desinfectantes, látex), pueden producirse reacciones que también pueden afectar las funciones orgánicas.

Complicaciones después de la intervención, como trastornos de la cicatrización de heridas, hernias incisionales y estados funcionales secundarios también son posibles. En caso de fugas (leaks) de la nueva conexión entre el estómago remanente y el intestino delgado, puede producirse peritonitis con la necesidad de una nueva operación. Una reversión posterior de la operación (reconexión del estómago) es prácticamente imposible o solo posible con un alto riesgo quirúrgico.

El estómago remanente no puede ser examinado por endoscopia (endoscopia) y un tratamiento endoscópico de cálculos en las vías biliares (CPRE) ya no es posible por vías convencionales.

Se me informó detalladamente al respecto.

Las consecuencias a largo plazo pueden ser deficiencias de vitaminas y hierro, sintomatología de intestino corto y un trastorno en el metabolismo del calcio con consecuencias de osteoporosis.

En caso de embarazo planificado, es necesario un suplemento vitamínico aumentado, ya que de lo contrario pueden producirse malformaciones. La anticoncepción no está garantizada en procedimientos malabsortivos. Las gastroscopias preventivas no pueden realizarse de esta manera.

Una exploración endoscópica retrógrada del conducto pancreático (CPRE) ya no es factible.

El éxito del tratamiento y la prevención de complicaciones dependen de la colaboración del paciente. Se me informó suficientemente sobre la necesidad de cumplir con los hábitos alimenticios y los controles posteriores. Si no se cumplen las reglas establecidas (3 comidas, porciones pequeñas, selección de alimentos), pueden surgir problemas y la pérdida de peso puede ser menor. El alcohol debe evitarse estrictamente, ya que se absorbe rápidamente. La efectividad de los medicamentos, así como de la “píldora” para la anticoncepción, puede verse limitada.

La colaboración del paciente es de importancia decisiva para el éxito del tratamiento y la prevención de efectos secundarios.

En caso de problemas, póngase en contacto inmediatamente con la clínica tratante.

Con esto declaro mi consentimiento para esta intervención. No tengo más preguntas.

Autor:

Prof. Dr. med. Rudolf Weiner

SANA Klinikum Offenbach

Clínica de Cirugía de la Obesidad y Cirugía Metabólica

El estómago tiene la tarea de almacenar los alimentos ingeridos, mezclarlos y pasarlos de manera oportuna a las secciones subsiguientes del tracto digestivo. El control motor de la peristalsis pendular y propulsiva se realiza a través de la inervación simpática y parasimpática. La regulación del transporte y la prevención del reflujo son efectuadas por el esfínter esofágico inferior y, aboralmente, por el píloro. El estómago secreta aprox.  1500-3000 ml de secreción al día, de los cuales el 70-80 % es producido por la mucosa del fundus y el cuerpo. Además de la mayor parte, que es ácido gástrico, se secretan mucoproteínas y proteasas. La mayor importancia en relación con la operación de bypass gástrico recae en la mucoproteína Factor Intrínseco, que se produce en el fundus y es esencial para la absorción de la vitamina B12.

Además, en el estómago se producen una variedad de factores hormonales, que en su totalidad aún no han sido investigados. Una importancia particular recae en las hormonas ghrelina y gastrina, que ambas juegan un papel significativo en la regulación de la saciedad y se producen en el fundus. La regulación del hambre y la saciedad se desencadena además a través de receptores de distensión y la activación de fibras simpáticas.

1. Estructura de las capas

La gran superficie que cubre la pared abdominal anterior desde el proceso xifoides o los arcos costales hasta los huesos pélvicos posee una estructura típica de capas: Bajo la piel y el tejido adiposo subcutáneo se encuentran fascias superficiales, musculatura y sus fascias, luego una fascia extraperitoneal y el peritoneo parietal.

Precisamente en la pared anterior por debajo del ombligo, la fascia superficial típicamente de una sola capa pasa a una estructura de dos capas (Panniculus adiposus abdominis) compuesta por una capa superficial rica en grasa (fascia de Camper) y una capa más profunda membranosa (fascia de Scarpa). Los 5 músculos abdominales consisten en:

  • 3 músculos oblicuos (1. M. obliquus externus abdominis, 2. M. obliquus internus abdominis y 3. M. transversus abdominis)
  • 2 músculos rectos (4. M. rectus abdominis y el inconstante 5. M. pyramidalis).

a) músculo externo

Inmediatamente debajo de la fascia superficial, se extiende hacia caudomedial hasta la gran aponeurosis, ambos lados se fusionan en el medio en la línea alba. Su borde inferior forma el ligamento inguinal desde la espina ilíaca anterior superior hasta el tubérculo púbico, que a su vez divide medialmente el ligamento lacunar y el ligamento pectíneo (Cooper).

b) músculo medio

Recorrido de las fibras craniomedial bajo fusión con fibras de 1. hasta la línea alba.

c) músculo más interno

Fibras de recorrido transversal, también con irradiación en la línea alba.

  • Cada uno de los tres músculos abdominales oblicuos posee en su superficie anterior y posterior una fascia propia delgada, 3. en su lado interno la fascia transversalis fuerte. Esta reviste la cavidad abdominal y pasa cranealmente a la fascia diafragmática y dorsalmente a la fascia toracolumbar. Caudalmente está fijada en la cresta ilíaca y pasa a la fascia endopélvica.
  • Músculo abdominal recto par largo de recorrido recto, interrumpido por 3 – 4 intersecciones tendinosas transversales („Sixpack“).
  • Músculo triangular rudimentario caudal y ventral de 4. entre el hueso púbico y la línea alba.

2. Fascias y peritoneo

Los músculos 4. y 5. están envueltos por la vaina de los rectos, que está formada por los 3 músculos abdominales oblicuos 1. – 3. 4. está completamente envuelto por ella en sus ¾ superiores, en el ¼ inferior por debajo de la línea arqueada solo cubierto por delante, mientras que aquí la superficie posterior de 4. solo presenta la fascia transversalis y el peritoneo. En los ¾ superiores, la lámina anterior de la vaina de los rectos está formada por 1. y la mitad de 2., la lámina posterior por la mitad de 2. y 3.

Entre la fascia transversalis y el peritoneo se encuentra el espacio extraperitoneal, que según la localización puede estar extendido de manera diferente. En el retroperitoneo se encuentran aquí los órganos abdominales retroperitoneales. En la pared abdominal anterior se denomina espacio estrecho repetidamente (p. ej. en el anillo inguinal interno) también como espacio preperitoneal.

El peritoneo (serosa parietal) forma la cavidad peritoneal completamente cerrada (excepción: abertura de la trompa en la mujer) y pasa como peritoneo visceral a los órganos intraperitoneales. Forma por debajo del ombligo tres pliegues:

  • el pliegue umbilical mediano impar (uraco obliterado/conducto uracal)
  • el pliegue umbilical medial pareado (antigua A. umbilicalis)
  • el pliegue umbilical lateral pareado (Vasa epigastrica inf.)

3. Inervación y vascularización

La pared abdominal anterior está inervada por los ramos anteriores de los nervios espinales Th7 hasta Th 11, Th12 (N. subcostalis) y L1 (N. iliohypogastricus, y N. ilioinguinalis).

Su vascularización superficial se realiza cranealmente desde la A. thoracica interna (→ A. musculophrenica), en la parte inferior desde la A. epigastrica superficialis o la A. circumflexa ilium superficialis (ambas de la A. femoralis). La vascularización profunda proviene cranealmente de la A. epigastrica superior (A. thoracica interna), lateralmente de vasos intercostales y caudalmente de la A. epigastrica inferior o A. circumflexa ilium profunda (ambas de A. iliaca externa). El drenaje venoso se realiza a través de venas homónimas.

Autor:

Prof. Dr. med. Gebhard Reis

Facultad de Salud (Departamento de Medicina Humana)

Instituto de Anatomía y Morfología Clínica/Director del Instituto

Universidad Witten/Herdecke